El mundo de los colectivos forma parte de mi vida desde hace tiempo. Y cuando digo mundo de los colectivos no me refiero a los colectivos solamente, sino también a colectiveros, mis amigos del colectivo, amigos de los colectiveros, paradas de colectivo, caminos a las paradas y todo lo que ocurre en torno a ellos.
Para mí siempre fue mucho más que un simple traslado geográfico, es una actividad en sí. Porque desde el momento en que salgo hacia la parada hasta que llego a destino pueden pasar tantas cosas...
Primero y principal, disfruto mucho el camino hacia la parada y voy a ser sincera: no hay vez que no prefiera ir acompañada. ¡Las charlas hacia la parada de colectivo son únicas! Como es un momento sin sustitutos se maximiza la experiencia, se hace valer la companía, se charla de lo que tenías pendiente o simplemente se retoma la última charla que se cortó cuando llegó el colectivo...
Si me toca ir sola no hago nada original, sólo pienso (aunque algunas veces de laguna mental tarareo). Pero no es un pensar común, es un pensar andando. Es un pensar con el viento pegandote en la cara, con el sol encandilándote de a ratos, con el peso del bolso en los hombros, los tropiezos con las baldosas salidas y las intromisiones del tráfico. A veces me asombro, porque he logrado pensamientos iluminados bajo esas circunstancias, aunque otras tristes veces me he quedado en la trivialidad de ¿cuánto faltará para llegar?.
La espera muchas veces se hace larga, pesada, interminable. Pero nunca falta la señora que se acerca con mirada de preocupación y me dice: -¿hace mucho que pasó el anterior?- Que divina la señora y que divina la pregunta, porque si supiera esa información yo tal vez ya estaría en mi casa. Pero para no desilusionarla prefiero decirle: -¡Sí! yo lo perdí por un poquito, así que debe estar por pasar el próximo-.
...
Para mí siempre fue mucho más que un simple traslado geográfico, es una actividad en sí. Porque desde el momento en que salgo hacia la parada hasta que llego a destino pueden pasar tantas cosas...
Primero y principal, disfruto mucho el camino hacia la parada y voy a ser sincera: no hay vez que no prefiera ir acompañada. ¡Las charlas hacia la parada de colectivo son únicas! Como es un momento sin sustitutos se maximiza la experiencia, se hace valer la companía, se charla de lo que tenías pendiente o simplemente se retoma la última charla que se cortó cuando llegó el colectivo...
Si me toca ir sola no hago nada original, sólo pienso (aunque algunas veces de laguna mental tarareo). Pero no es un pensar común, es un pensar andando. Es un pensar con el viento pegandote en la cara, con el sol encandilándote de a ratos, con el peso del bolso en los hombros, los tropiezos con las baldosas salidas y las intromisiones del tráfico. A veces me asombro, porque he logrado pensamientos iluminados bajo esas circunstancias, aunque otras tristes veces me he quedado en la trivialidad de ¿cuánto faltará para llegar?.
La espera muchas veces se hace larga, pesada, interminable. Pero nunca falta la señora que se acerca con mirada de preocupación y me dice: -¿hace mucho que pasó el anterior?- Que divina la señora y que divina la pregunta, porque si supiera esa información yo tal vez ya estaría en mi casa. Pero para no desilusionarla prefiero decirle: -¡Sí! yo lo perdí por un poquito, así que debe estar por pasar el próximo-.
...
6 Comments:
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me imagino, me imagino el que se yo de las tardecitas de Buenos Aires...
¡saludos!
acá te dejo un link con los post que ecribi en mi blog sobre el tema.
http://conurbanos.blogspot.com/search/label/Colectivos
saludos
A favoritos!
Los agrego al blogroll de acá y de allá así nos seguimos leyendo ;)
salute!